Análisis Transaccional: Estados del Yo y caricias en Psicoterapia
¿Conoces este enfoque terapéutico? Seguramente se trata de uno de los modelos más curiosos y prácticos para el trabajo metafórico en psicoterapia, aunque también uno de los más desconocidos. El Análisis Transaccional (AT), un modelo enmarcado en las orientaciones humanistas, desarrollado por el visionario Eric Berne en los años 50-60 en los Estados Unidos, se erige como una joya de la psicología moderna.
Eric Berne, un médico de Canadá con una pasión por la psiquiatría y el psicoanálisis, se sumergió en el estudio de la mente humana. Aunque se formó en el psicoanálisis de la mano de Paul Federn, un discípulo directo de Freud, Berne no se limitó a una sola perspectiva. En su búsqueda de comprender la complejidad de la mente, abogó por la importancia de explorar diversas orientaciones psicológicas. Desde su sencillez, Berne argumentó que el amor es la fuerza motriz que impulsa la experiencia humana, centrándose en la interacción entre las personas y cómo esta moldea nuestra identidad. Su afirmación de que «todos nacemos príncipes y princesas, hasta que nuestros padres nos convierten en ranas» resuena en el corazón de su enfoque.
La estructura de la personalidad según el AT se basa en los Estados del Yo, un constructo fundamental que define nuestra manera de ser y comportarnos en el mundo. Berne argumentó que todos poseemos tres Estados del Yo, cada uno con sus propias funciones y características únicas.
- Estado del Yo Niño: Este estado se origina en la primera infancia y está influenciado por las experiencias infantiles. Encarna la espontaneidad, la creatividad y la emoción.
- Estado del Yo Padre: El Estado del Yo Padre está relacionado con las normas sociales, los valores y las influencias de figuras parentales y adultos significativos en la infancia.
- Estado del Yo Adulto: Actúa como un ordenador que procesa información del Yo Padre y el Yo Niño, tomando decisiones racionales y realistas basadas en el presente.
El objetivo del trabajo con los Estados del Yo es desarrollar adaptativamente las funciones de cada uno de ellos y resolver conflictos entre ellos. Esto implica cultivar un aspecto Padre que brinde protección y normas claras, un aspecto Adulto que tome decisiones objetivas y realistas, y un aspecto Niño que recupere la alegría, la espontaneidad y la creatividad.
Además, este enfoque recoge el concepto de “caricia” como la unidad de reconocimiento humano. Todos anhelamos ser reconocidos, atendidos y valorados de alguna manera. Si no recibimos caricias positivas, buscamos sustitutos, incluso si estos son negativos. En palabras de Berne, «preferimos el dolor a la nada, la bofetada al vacío, la pena al desprecio, el grito a la apatía«.
La sociedad moderna, según Claude Steiner, sufre de una «hambre de caricias» debido a normas no escritas que limitan nuestra capacidad para dar y recibir caricias. En terapia, se fomenta la idea de dar, pedir, aceptar, rechazar y autoacariciarse de manera libre y saludable.
Por último, el concepto de transacciones en el AT se refiere a los intercambios de estímulos y respuestas entre los Estados del Yo de diferentes personas. Cada transacción consta de un solo estímulo y una sola respuesta, ya sea verbal o no verbal. Estas transacciones forman las unidades básicas de comunicación social.
El Análisis Transaccional ofrece una lente fascinante a través de la cual podemos entender la psicología humana y nuestras interacciones cotidianas. Explora la complejidad de la mente y las dinámicas interpersonales de una manera accesible y comprensible.
Si eres un psicólogo en formación o alguien interesado en el fascinante mundo de la psicoterapia, el Análisis Transaccional merece un lugar en tu arsenal de herramientas terapéuticas. Y en nuestro Máster en Psicoterapia Integradora Trauma y Apego le damos un espacio muy importante, porque nos parece fundamental conocer los distintos modelos y sus herramientas más prácticas para trabajar, en definitiva, desde una postura realmente integradora.