Alejandra García: Psicóloga General Sanitaria y docente del Instituto Español de Psicoterapia Integradora

¿Qué es el trauma? Definición

Etimológicamente, la palabra trauma viene del griego y significa “herida”. Un suceso o evento nos provoca una herida psicológica cuando desborda nuestra capacidad para poder afrontarlo o no contamos con elementos externos que nos ayude a procesar lo que está ocurriendo. Según Van der Kolk, “el trauma se produce cuando los recursos internos y externos son insuficientes para hacer frente a una amenaza externa”. Nuestro sistema nervioso autónomo reacciona ante este suceso y queda alterado, dando lugar a respuestas fisiológicas, emocionales y conductuales posteriores al trauma, quedando encapsuladas sensaciones, emociones, creencias y conductas, las cuales será necesario procesar e integrar con otras redes de memoria más adaptativas. Y es que nuestro cerebro, en un contexto adecuado, es capaz de establecer las conexiones necesarias para procesar adecuadamente la información, tal y como establece el Modelo del Procesamiento Adaptativo de la Información (PAI, Shapiro, 2001).

 

¿Qué tipos de trauma existen? Clasificación

Existen diferentes clasificaciones según la variable a tener en cuenta:

Agente que provoca el suceso:

    • Natural: incendios, tsunamis, huracanes…
    • Accidental: accidentes de tráfico, incendios…
    • Causado por humanos: situaciones de abuso o maltrato físico, verbal, sexual…

Naturaleza del evento traumático:

    • “T”: suceso que pone en peligro directa o indirectamente la integridad física o psicológica de una persona, la cual experimenta miedo intenso e indefensión. Puede ser puntual o recurrente. Ej.: accidente de tráfico, desastre natural, asesinato, fallecimiento, violación, maltrato, abuso sexual…
    • “t relacional”: heridas psicológicas en la relación con el otro (no riesgo para la vida). Ej.: invalidación emocional, crítica, parentalización…

Frecuencia del suceso traumático:

    • Tipo I: evento único.
    • Tipo II: recurrente.

Gravedad del trauma:

    • Trauma complejo: recurrente, el agente es otra persona que agrede de forma continuada en etapa infantil o adolescente, siendo el elemento más perturbador, la violencia.

Es necesario indagar los síntomas en conjunto, explorando cuadros clínicos completos, evitando así adelantarnos a un diagnóstico positivo solo por la manifestación de algún síntoma disociativo.

Alejandra García

¿Qué síntomas provoca el trauma? Sintomatología

La afectación sintomatológica del trauma es diversa: miedo, ansiedad, depresión, dificultades en las relaciones sociales, abuso de sustancias, conductas autodestructivas, síntomas disociativos…  Los síntomas dependerán de la naturaleza del trauma y de los recursos psicológicos del individuo para poder afrontarlo, además de otros factores de riesgo o de protección externos (apoyo social, trauma previo, presencia de otros estresores simultáneos…).

En ocasiones, la persona que ha sufrido un evento traumático que ha puesto en riesgo su propia vida o la de otra persona cercana, puede presentar Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) con síntomas que abarcan la reexperimentación de lo vivido (recuerdos intrusivos, pesadillas…), evitación de los elementos perturbadores (lugares, pensamientos…), hipervigilancia y reactividad fisiológica y alteraciones cognitivas y emocionales (miedo persistente, apatía, culpa, dificultades de concentración…).

La relación entre trauma y disociación es clara, pero no determinante. Existen diferentes modelos que explican la naturaleza de la sintomatología disociativa, no siempre patológica, por lo que actualmente no hay un acuerdo.

Según las clasificaciones diagnósticas, en los trastornos disociativos se produce “una alteración de funciones integradoras de la conciencia, la identidad, la memoria y la percepción del entorno” (DSM-IV) o “la pérdida total o completa de la integración normal entre ciertos recuerdos del pasado, la conciencia de la propia identidad, ciertas sensaciones inmediatas y el control de los movimientos corporales” (CIE-10).

Para una correcta evaluación, es necesario indagar los síntomas en conjunto, explorando cuadros clínicos completos, evitando así adelantarnos a un diagnóstico positivo solo por la manifestación de algún síntoma disociativo.

Existen varias escalas de evaluación de sintomatología disociativa (ver)

¿Cuál es el papel de la Psicoterapia Integradora en el abordaje del trauma?

En NB Psicología miramos ampliamente a la persona, entendiendo que su identidad ha sido construida a raíz de su historia, de los sucesos vividos, analizando las estrategias de afrontamiento que ha adquirido, de las cuales las figuras de apego juegan un papel relevante para su aprendizaje. La construcción de la identidad comienza en la etapa infantil y hay numerosos estudios en los que se pone de manifiesto que el trauma en dichas etapas provoca cambios estructurales y funcionales a nivel cerebral.

Desde este punto, ayudamos a la persona a entender lo que le ha pasado, a procesar y desbloquear información encapsulada que genera malestar en el presente y caminar hacia una narrativa distinta, más integrada y funcional, permitiendo así relacionarse mejor consigo misma y con los demás y afrontar los eventos estresantes con estrategias de regulación dirigidas al bienestar emocional.

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